III BERZAS CANDELARIA

III BERZAS CANDELARIA

Un año más, la familia Blanco nos abrió las puertas de casa para acoger a la familia candelaria en una convivencia, que pretendemos se convierta en tradición de nuestra Hermandad, pues con esta del pasado sábado, celebramos la tercera edición de las berzas candelarias.
Como viene siendo habitual, y aunque desde muy temprano los organizadores -gracias Antonio, Jose Manuel, Roque, Queija, José Mª, y tantos otros – estaban preparando hasta el último detalle; la convivencia comienza con la Santa Misa, pues aunque lúdico, no debemos olvidar que nos hace formar parte de esta gran familia, si no la Fe en Dios Nuestro Señor y la devoción a nuestros Amantísimos Titulares. Omilia muy sencilla y directa, de fácil comprensión, pues mucha fue la juventud que participó en esta convivencia. No en vano, llevan aún a flor de piel la extraordinaria experiencia que vivieron nuestros jóvenes en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid, dos meses atrás.


Tras la Misa, un refrigerio, pues el día invitaba, y el astro Sol, no dejaba de recordarnos que las estaciones las determina Él y no el calendario. Gracias que en Sevilla, desde 1904, tenemos un remedio para paliar los rigores estivales.

Encuentro de capataces y costaleros, seguro que preparando la deseada Estación de Penitencia de un nuevo Martes Santo, o para embaucar a nuestro Hermano Mayor para conseguir unos minutos más en Campana o para la entrada, o vaya usted a saber,…, pero unos momentos de risas, de compartir, o de conjugar las mismas ideas

Con el cariño de las cosas bien hechas, y respetando siempre su tiempo de cochura, pues así lo establecen los cánones de la buena cocina, las esperadas berzas vinieron a a estar dispuestas…., a eso de las tres de la tarde.


Y como en toda casa de buen orden, los mayores serán los primeros. Y así fue, los honores para nuestro Hermano Mayor, quien de seguro repetiría, pues como en la paráboloa de los panes y los peces, hubo para repetir, y para compartir, como Jesucristo nos enseñó; pues como en ediciones anteriores, de este guiso no se tira nada, y convenientemente embalado se pone a disposición de los comedores sociales.

Para la sobremesa, nuestra tradicional rifa. Este año, ¡hemos tirado la casa por la ventana!,

libros, maletines


y hasta ¡un jamón!,
Hubo tiempo para el concurso de dibujos, contamos con esta la cuarta edicición, para la felicitación navideña de la Hermandad. Crece el número de paricipantes, y es que así lo dice nuestro lema, «nuestros niños, pintan mucho».

Y como no podía ser de otra manera, pues ese es el fin de nuestras convivencias, hubo lugar para el cante; de la mano de un grupo que germina entre los jóvenes de nuestra Hermandad, Caireles. Y para el baile, de la mano de los jóvenes y de los que son más jóvenes todavía.


Tiempos para el encuentro de grandes amigos,

de compañeros de trabajaderas,

de padres, hijos y hermanos,

o de madres hijas y hermanas,

Todos, bajo la cálida mirada de nuestra Madre, María Santísima de la Candelaria, y el cuidado y desvelo por Sus hijos, de Nuestro Padre Jesús de la Salud.
A todos los que pudieron compartir este día, muchas felicidades y muchas gracias, y a los que no pudieron, de seguro que el año que viene tendremos otra buena ocasión.


Sin categoría

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *